¿Por qué la Providencia?

¿Por qué "la Providencia"? Hay muchas cosas que los cristianos católicos creyentes no solemos tener en cuenta, como que, frente a la importancia que algunos dan al destino, a lo que va a ocurrir, a querer controlar nuestra vida o que suceda lo que queremos que ocurra o que no ocurra, la Providencia actúa de forma inesperada, creando situaciones o acontecimientos que ni siquiera nos imaginábamos. Yo procuro tener en mi vida presente a la Providencia para aceptar quién y qué soy: una persona mortal y limitada, pero en continúo proceso de cambio y en camino.

27/3/24

La Semana Santa no es por "tradición", sino por "conversión"

Leo en este texto, escrito conforme a las lecturas de la Iglesia para hoy, compartido en este Miércoles Santo de 2024, algo que coincide mucho con lo que pienso en estos días: No es la tradición lo importante, sino la conversión.

Por desgracia, a través de las redes sociales se está viciando mucho la esencia de los actos y de las cosas, especialmente, en las cuestiones de la Iglesia. Gente que va a procesiones porque le gusta el arte; porque lo hacen desde pequeños; porque, siendo ateos o agnósticos, les gusta ver los pasos en la calle… Y luego, instituciones y organizaciones civiles, que hablan en sus medios de comunicación de cómo es la Semana Santa. Y todos la vician, la deforman, la destrozan, hablando de la “tradición”.

La “tradición” (ver https://dle.rae.es/tradici%C3%B3n), una transmisión de generación en generación, una costumbre conservada, una enseñanza o doctrina que se transmite… Todo eso es absurdo, es irrelevante, es nimio para referirse a lo que los cristianos vivimos durante la Semana Santa. Y lo peor de todo es que hay católicos que le dan pábulo a esta forma de comunicar este tiempo, demostrando su escasísima formación cristiana.

No es la tradición, es la conversión lo importante de la Semana Santa, vivir los cultos y compartir los sacramentos en comunidad, profundizar en la oración y que todo ello sirva para un mayor contacto con Dios, a través de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, que murió por todos nosotros (pasados, presentes y futuros), para darnos vida, esperanza en la Salvación, sentirnos hijos de Dios, hermanos todos, para trabajar por un mundo mejor en el Nombre del Padre.

La palabra “tradición” no debería ser pronunciada por los que nos decimos discípulos de Cristo, sino que es la conversión propia y animar a nuestros prójimos, a través de los sacramentos (los Santos Oficios de estos días, lo más importantes de todo el año litúrgico), la oración e incluso el arte sacro que sale a la calle, en esos hermosos pasos procesionales, lo que debería ser nuestra primordial motivación.

Para nada servirá la “tradición” que, como muchas otras costumbres ya lo han hecho, desparecerá, sino priorizamos la conversión. Gracias por leer esta opinión personal, que Dios nos dé mucha Luz, la Luz de Cristo, a todos.