Una reflexión basada en hechos reales, concretamente, en una conversación con un destacado sacerdote de nuestra diócesis, en la que, textualmente, él me dijo: "En nuestra tierra, no somos conscientes del frío que hace de Despeñaperros para arriba, en cuanto a cuestiones de fe y de religión".
Viendo la alta edad del personal que participa en las eucaristías dominicales en la mayoría de las parroquias y, consecuentemente, en los Sacramentos (algo vital para el creyente); viendo que aquellas procesiones y romerías no masivas (esos actos "culturales", aceptados popularmente como "tradiciones" que, por desgracia, parece que cada vez entienden menos personas cuál es su origen y su sentido)... Yo recuerdo con mucha fuerza aquella frase que me dijo este sacerdote: "En nuestra tierra, no somos conscientes del frío que hace de Despeñaperros para arriba, en cuanto a cuestiones de fe y de religión".
Profundizo un poco más en explicar esa frase, pues aquel sacerdote me indicó que, aquí, en nuestra Andalucía, es fácil entrar en una bodega u otros tipos de establecimientos comerciales y encontrar una imagen de una advocación a Cristo o a María. o incluso referencias a algún santo. Está aceptado con normalidad y no sólo hay se ven las imágenes religiosas en el interior de los templos. Y es que, incluso en ciertas barriadas más tradicionales, te encuentras muchos azulejos de tono religioso (por contra, en barrios más modernos, apenas ves algo así). Pero más allá de Despeñaperros no es tan habitual ver iconografía religiosa fuera de los templos.
Y yo me pregunto, tras los ejemplos que he expuesto en el segundo párrafo: ¿Y si ese frío también está llegando aquí y no nos estamos dando cuenta? Quizá, a nosotros, los católicos, no sólo nos falta oración (y mucha), sino también reflexión (y mucha).
Muchas gracias por leer esta reflexión, que el Señor nos bendiga e ilumine a todos con mucha fuerza.
Muchas gracias por leer esta reflexión, que el Señor nos bendiga e ilumine a todos con mucha fuerza.