Sí,
feliz 2014-2015 para todos los creyentes, para todas las personas que, desde la
fe, creen en la Resurrección, el acontecimiento más "vital" nunca
mejor dicho y que es el que le da sentido a todo lo que quiso compartir el Hijo
de Dios (con mayúsculas) con el mundo, representado en la realidad judía de la
época.
La
Resurrección es el fenómeno máximo de todo lo que hizo Jesucristo por nosotros:
padecer y morir para expresar que hay otra vida, que todo es un mero paso y que
debemos aspirar a ir más allá. Son centenares, miles, las explicaciones de todo
ello, pero nuestra mente humana aún está muy limitada para poder comprenderlo
(recordemos que, según la Ciencia, habitualmente apenas usamos un 5% de nuestra
capacidad craneal).
Yo
sí creo en la Resurrección, creo en la otra vida, en que hay más que un solo
existir por existir, que el alma va más allá de nuestros simples cuerpos
mortales... Creo en todo ello, aunque no tenga forma práctica de demostrarlo.
Hay
personas de mi entorno geográfico que se sienten tristes, abatidos, porque ha
terminado este período llamado Semana Santa y, cariñosamente, quisiera decirles
a todos que, precisamente, este es el momento de más alegría del año para la
vida del cristiano, que queda un año hasta recordar y sentir de nuevo la
Pasión, la Muerte y, nuevamente, la Resurrección. Pero es uno de los problemas
de confundir la fe con otros conceptos como la devoción (algo que ya comentaré
más adelante).
Creo
que la felicitación de la Resurrección es un buen motivo de comenzar este nuevo
blog. ¡Alegría, hermanas y hermanos de fe, que Cristo ha resucitado y es una
llamada de atención a todos para compartir el Amor de Dios con los demás de
nuestro entorno!