¿Por qué la Providencia?

¿Por qué "la Providencia"? Hay muchas cosas que los cristianos católicos creyentes no solemos tener en cuenta, como que, frente a la importancia que algunos dan al destino, a lo que va a ocurrir, a querer controlar nuestra vida o que suceda lo que queremos que ocurra o que no ocurra, la Providencia actúa de forma inesperada, creando situaciones o acontecimientos que ni siquiera nos imaginábamos. Yo procuro tener en mi vida presente a la Providencia para aceptar quién y qué soy: una persona mortal y limitada, pero en continúo proceso de cambio y en camino.

29/12/22

Los cristianos no matamos a nadie

Tengo 48 años; y más 30 de ellos en contacto con personas creyentes, religiosas y espirituales, gracias a formar parte de la Iglesia. Habré conocido a varios centenares de lo que, tradicionalmente, se llamaba "practicantes", personas comprometidas, personas que se esfuerzan por compartir la fe, por evangelizar y por hacer por los demás, con valores como la humildad, la sencillez, el servicio desinteresado, la entrega... Gente que vive los sacramentos asiduamente, la oración, que comparte tiempo con sus grupos o con los necesitados.
Somos pecadores (yo incluido), nos equivocamos, cometemos errores, decimos cosas que no sentimos o que se malinterpretan, tomamos decisiones que no gustan a todos... Pero ninguno hemos matado a nadie, ni practicamos la violencia dominante, o torturamos a conciencia a otros para imponernos. No empleamos la violencia psicológica, ni el maltrato verbal, ni mucho menos el físico.
Por eso, ahora que tanto se denuncia el asesinato de tantas mujeres, tanta violencia y agresiones físicas, me reafirmo en que esta sociedad se equivoca al alejarse de Dios, al no entrar a los templos asiduamente y no querer formar parte de la Iglesia; al no vivir en todo lo posible los sacramentos, participar de la oración de forma comunitaria y tener un compromiso para hacer el bien a los demás.
Los cristianos nos equivocamos, porque somos seres humanos, como todos los demás, pero todos los que estamos en el ejercicio de nuestras facultades, sabemos que, por encima de todo, practicamos el mandamiento único: "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo".
Paz, que Dios nos bendiga a todos.