¿Por qué la Providencia?

¿Por qué "la Providencia"? Hay muchas cosas que los cristianos católicos creyentes no solemos tener en cuenta, como que, frente a la importancia que algunos dan al destino, a lo que va a ocurrir, a querer controlar nuestra vida o que suceda lo que queremos que ocurra o que no ocurra, la Providencia actúa de forma inesperada, creando situaciones o acontecimientos que ni siquiera nos imaginábamos. Yo procuro tener en mi vida presente a la Providencia para aceptar quién y qué soy: una persona mortal y limitada, pero en continúo proceso de cambio y en camino.

4/5/17

El egoísmo virtual también mata la fe

Lo de que el egoísmo, la falta de solidaridad, de caridad o de compartir, mata personas, es algo más que obvio, por lo que, en esta reflexión, voy a entrar en la segunda parte de esta imagen: El daño que hace el egoísmo, el egocentrismo o querer tener un protagonismo que no se tiene, centrado en las redes sociales.

Desde la Iglesia Católica, de la que formo parte como creyente, quiero agradecer de corazón a todos aquellos hermanos y hermanas en la fe que se esfuerzan por mostrar la universalidad de la Iglesia de la que formamos parte, esa riqueza de dones, carismas, agrupaciones, acciones y entidades que, desde diversas circunstancias y formas de entender el Mensaje del Amor de Dios, procuran comunicárselo a los demás.

He visto y tengo muy comprobado en perfiles de Twitter, como aquellos que se centran sólo en una entidad, agrupación o carisma, acaban cayendo, por muy importantes que se crean, por la propia soledad en la que se acaban metiendo ellos. Sin embargo, aquellos que no solo difunden el “trocito” de Iglesia del que forman parte, sino que además, hacen promoción de uno o más “trocitos”, de actividades diocesanas que nos incluyen a todos, o de mensajes dirigidos a todos nosotros, creyentes que compartimos a Jesucristo y la misión que nos encomendó de dirigirnos a toda la humanidad (“Poneos en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”, Mateo 28, 19), seguirán creciendo y encontrando fuerzas y aliento para seguir difundiendo su Mensaje.

Muchas gracias de corazón a todos los que os animáis a seguir construyendo el Reino de Dios con esa unión que Él nos pide como hijos suyos; y a aquellos hermanos en la fe que puedan leer este texto y que aún no se hayan dado cuenta de la verdadera riqueza de la Iglesia, en nuestra universalidad y multiplicidad de dones y carismas por la fe que contienen, les ruego que se animen a compartir una o varias realidades de otros hermanos, a conocerlas y difundirlas, para ser también más plena y profundamente Iglesia. Muchas gracias por atender este mensaje y que Dios nos bendiga e ilumine a todos.

Para saber más (especialmente, desde el artículo 830):