El cursillo de cristiandad fue una
actividad pionera, a mediados del siglo XX, para facilitar el encuentro con
Cristo y la conversión de la persona al Amor de Dios para con todos los
prójimos, sintiéndose y siendo parte de la Iglesia. Todos y cada uno de los
cursillos de cristiandad, en Sevilla y en el mundo, están orientados al
encuentro con Dios, con el prójimo y con la propia persona.
Pero en aquellos primeros años de inicio
(se puede encontrar en la historia de los cursillos), nació con tanta fuerza (y
también es verdad que salvo la Acción Católica, Cáritas y las cofradías, no
había más carismas, movimientos y agrupaciones en las parroquias), que en torno
al mismo se congregaban decenas de personas, uniendo a varios sacerdotes con un
montón de laicos en los mismos días.
Aunque uno de los sacerdotes era el
director espiritual del cursillo de cristiandad (como pasa en el presente), los
otros iban también para conocer la experiencia y poderla ofrecer en sus comunidades
parroquiales o entornos, para también animar a otros laicos a vivirlo. Con el
paso de los años y los cambios que sabemos, lo habitual hoy en día es que haya
un sacerdote como director espiritual y que, si acaso, para algunas labores,
acudan puntualmente otros sacerdotes.
Pero yo viví un cursillo de cristiandad
con dos sacerdotes, algo hermoso, porque hay alguien que trata como igual al
director espiritual, que lo complementa y que hace que se sienta más puramente
la Iglesia, desde la fraternidad y la cercanía, como nos lo mostraron aquellos
dos sacerdotes, con sus vivencias, comentarios y explicaciones.
El padre Ángel Fernández fue el director
espiritual y el padre Manuel Luque (a quien Dios tiene su alma en su gloria
desde este domingo 7 de marzo de 2021) acompañó el cursillo de cristiandad, y siendo ambos ya cursillistas y conociendo bien lo que es el cursillo, le dieron más vida en Cristo, más testimonio, más experiencia y más alegría,
porque obviamente, era el único capaz de tratarle al director espiritual de tú
a tú, y como se conocían de muchos antes, con mucho cariño, humor, afecto y
comprensión. Algo maravilloso que ojalá pudiera vivir todo el mundo.
Si lees esto y no me entiendes, aprovecha
la próxima ocasión que haya para vivir, experimentar, compartir y gozar del
cursillo de cristiandad, sea en Sevilla o en alguna de las otras múltiples
partes del mundo en el que se celebra y entenderás por qué Cristo cuenta
contigo… De Colores.
Muchas gracias por leer esta reflexión, que Dios nos bendiga a todos.