Trozo de la litografía del siglo XIX sobre San Juan de Aznalfarache en la que, tras las murallas entorno al Cerro de los Sagrados Corazones, se alza una gran construcción, todo ya en ruinas.
El pasado hay que conocerlo, para
aprovechar lo bueno (paz, fe, concordia, entendimiento…), y tratar de no
repetir lo malo (guerras, asesinatos, injusticias, intolerancia…). El pasado no
hay que juzgarlo con la mentalidad del presente, sólo porque responde a lo que
a mí me interesa. Y sí hay mucho que apreciar y valioso para los tiempos
actuales.
De San Hermenegildo, mártir, hay que destacar su
defensa de la fe, hasta que, debido a las circunstancias de su tiempo, se vio en la necesidad de hacerlo con su vida.
Aunque su fiesta haya sido el 13 de abril
(hace una semana), yo no quería quedarme sin recordar a este santo que es patrono de los conversos. ¡Cuánta conversión necesitamos en el
tiempo presente, no sólo la de aquellos que quieren acercarse a Dios, sino la
de los que nos creemos también cristianos (yo el primero), y no nos duele la
Iglesia, no participamos de la misma como debiéramos, con los sacramentos o en
las acciones pastorales!
Oración a San Hermenegildo, mártir y
patrono de los conversos:
De
la Iberia, Hermenegildo,
eres esplendor por tu cetro real,
por de mártir la palma;
ésta te la ganó de Jesús el amor,
que entre sus almos mártires colocó tu alma.
eres esplendor por tu cetro real,
por de mártir la palma;
ésta te la ganó de Jesús el amor,
que entre sus almos mártires colocó tu alma.
¡Cuán
grande es tu paciencia en las tribulaciones
para ser fiel a Dios en todas tus promesas!
para ser fiel a Dios en todas tus promesas!
Nada
que te halague jamás tú te propones,
y reprimes cauto tus pasiones aviesas.
y reprimes cauto tus pasiones aviesas.
Del
vicio los estímulos que en ti asoman
¡con cuánta prontitud y afán tú los persigues;
y con pasos y sentimientos que los doman
de la pura verdad la senda siempre sigues!
¡con cuánta prontitud y afán tú los persigues;
y con pasos y sentimientos que los doman
de la pura verdad la senda siempre sigues!
Nada
puede tu padre en ti con sus caricias,
nada el ocio fatal de vida regalada;
el oro y los diamantes tú no los codicias,
y la sed de reinar en ti no puede nada.
nada el ocio fatal de vida regalada;
el oro y los diamantes tú no los codicias,
y la sed de reinar en ti no puede nada.
Hacerte
vacilar no logran las espadas,
ni tampoco el furor del verdugo terrible;
a las glorias del mundo tan codiciadas
prefieres tú la gloria eterna, inmarcesible.
ni tampoco el furor del verdugo terrible;
a las glorias del mundo tan codiciadas
prefieres tú la gloria eterna, inmarcesible.
Reinando
ya feliz protégenos clemente,
y acoge con amor nuestras humildes preces
mientras que cantamos con ánimo ferviente
la palma singular que tanto tú mereces.
y acoge con amor nuestras humildes preces
mientras que cantamos con ánimo ferviente
la palma singular que tanto tú mereces.
Gloria
eterna al Padre, de todo Creador;
gloria eterna al Hijo, de todos Redentor;
al Espíritu gloria todos tributemos;
gloria a los tres sin fin, sin fin todos cantemos.
gloria eterna al Hijo, de todos Redentor;
al Espíritu gloria todos tributemos;
gloria a los tres sin fin, sin fin todos cantemos.
Amén.
Rezo
tres padrenuestros.
Más información sobre San Hermenegildo,
con enlaces a otras páginas web:
https://monumentoalsagradocorazondejesus.blogspot.com/2019/04/san-hermenegildo-el-santo-en-san-juan.html