¿Por qué la Providencia?

¿Por qué "la Providencia"? Hay muchas cosas que los cristianos católicos creyentes no solemos tener en cuenta, como que, frente a la importancia que algunos dan al destino, a lo que va a ocurrir, a querer controlar nuestra vida o que suceda lo que queremos que ocurra o que no ocurra, la Providencia actúa de forma inesperada, creando situaciones o acontecimientos que ni siquiera nos imaginábamos. Yo procuro tener en mi vida presente a la Providencia para aceptar quién y qué soy: una persona mortal y limitada, pero en continúo proceso de cambio y en camino.

20/4/20

Santo que estuvo en San Juan de Aznalfarache

Trozo de la litografía del siglo XIX sobre San Juan de Aznalfarache en la que, tras las murallas entorno al Cerro de los Sagrados Corazones, se alza una gran construcción, todo ya en ruinas.

El pasado hay que conocerlo, para aprovechar lo bueno (paz, fe, concordia, entendimiento…), y tratar de no repetir lo malo (guerras, asesinatos, injusticias, intolerancia…). El pasado no hay que juzgarlo con la mentalidad del presente, sólo porque responde a lo que a mí me interesa. Y sí hay mucho que apreciar y valioso para los tiempos actuales.

De San Hermenegildo, mártir, hay que destacar su defensa de la fe, hasta que, debido a las circunstancias de su tiempo, se vio en la necesidad de hacerlo con su vida.

Aunque su fiesta haya sido el 13 de abril (hace una semana), yo no quería quedarme sin recordar a este santo que es patrono de los conversos. ¡Cuánta conversión necesitamos en el tiempo presente, no sólo la de aquellos que quieren acercarse a Dios, sino la de los que nos creemos también cristianos (yo el primero), y no nos duele la Iglesia, no participamos de la misma como debiéramos, con los sacramentos o en las acciones pastorales!

Oración a San Hermenegildo, mártir y patrono de los conversos:

De la Iberia, Hermenegildo,
eres esplendor por tu cetro real,
por de mártir la palma;
ésta te la ganó de Jesús el amor,
que entre sus almos mártires colocó tu alma.

¡Cuán grande es tu paciencia en las tribulaciones
para ser fiel a Dios en todas tus promesas!
Nada que te halague jamás tú te propones,
y reprimes cauto tus pasiones aviesas.

Del vicio los estímulos que en ti asoman
¡con cuánta prontitud y afán tú los persigues;
y con pasos y sentimientos que los doman
de la pura verdad la senda siempre sigues!

Nada puede tu padre en ti con sus caricias,
nada el ocio fatal de vida regalada;
el oro y los diamantes tú no los codicias,
y la sed de reinar en ti no puede nada.

Hacerte vacilar no logran las espadas,
ni tampoco el furor del verdugo terrible;
a las glorias del mundo tan codiciadas
prefieres tú la gloria eterna, inmarcesible.

Reinando ya feliz protégenos clemente,
y acoge con amor nuestras humildes preces
mientras que cantamos con ánimo ferviente
la palma singular que tanto tú mereces.

Gloria eterna al Padre, de todo Creador;
gloria eterna al Hijo, de todos Redentor;
al Espíritu gloria todos tributemos;
gloria a los tres sin fin, sin fin todos cantemos.
Amén.
Rezo tres padrenuestros.

Más información sobre San Hermenegildo, con enlaces a otras páginas web:
https://monumentoalsagradocorazondejesus.blogspot.com/2019/04/san-hermenegildo-el-santo-en-san-juan.html