2019, año de sentirme en el desierto, como puede mostrar la foto, aunque con un camino que seguir. Año intenso, en el que se refuerzan las incertidumbres y por el que, creo yo, me he esforzado. Pero también creo que Dios me ha dado las fuerzas para ello. 2019, año de la gran respuesta a una pregunta que me hacía, con la que el Padre me ha sorprendido con mucha fuerza y por la que también le doy gracias.
2019, año de una misión que llevaba años esperando y que me preguntaba si tendría que realizarla, ante la marcha al Padre de una persona importante. Y pues creo que la hice con la mayor honra y honor que podía hacer, pero también a mayor gloria de Dios.
2019, año en el que nuevamente he sentido con fuerza la presencia de Dios en mi vida. Y gracias, Señor, por haber mantenido a mis padres conmigo y a mí con ellos, también este año.
Y deseo un santo año 2020 a quien pueda leer este mensaje, porque están los tiempos para que sea el deseo, para que nos esforcemos aún mucho más para la salvación propia y de nuestros prójimos, empezando por los más cercanos. Que Dios nos bendiga a todos. Gracias por leer este mensaje.
Para 2020, "hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo".