44 balcones; sólo en 1 se observa una bandera con el Niño Jesús. |
Vaya por delante mi aprecio, mi cariño y mi respeto a las tres
comunidades parroquiales de San Juan de Aznalfarache.
“San Juan de Aznalfarache, tierra de misión” es la conclusión
que saco de esta Navidad, que celebramos en el final de 2015 y principio de
2016. Baste la foto con que ilustro este texto para explicar el porqué, aunque
podrían sacarse muchas más de otras calles, plazas, bloques de edificios (por ejemplo, en la torreta entre las calles
28 de Febrero y Avenida de Palomares, siendo mayor que la de la foto, no vi
ninguna bandera, aunque es cierto que el nivel económico de los que allí viven
sea menor), o conjuntos de casas.
Llevo años pensando en otros lugares, barrios y localidades, en
las que sería necesario misionar (evangelizar*
sería un proceso más complejo), hablar de Cristo, acercar a la gente a la
Iglesia, a vivir más plenamente desarrollados como seres humanos, teniendo en
cuenta la trascendencia y la importancia de la vida con fe; ahora me doy cuenta
de que también se hace muy necesario en San Juan.
Pido a mis hermanos de fe, amigos y compañeros, vecinos de San
Juan de Aznalfarache, que nos planteemos muy especialmente qué hacer en los
tiempos litúrgicos especialmente fuertes y de mayor exigencia para los
cristianos (Adviento, Navidad, Cuaresma y
Semana Santa), deberíamos tratar de hacer nuevas labores para que otras personas
profundizaran en el conocimiento del Amor de Dios.
Ideas que se me ocurren a bote pronto:
- En las Campañas de Navidad, propongo que se podría regalar, de
forma libre, sin imposición ni obligación, tanto a los donantes como a las personas
a las que se les entreguen aportaciones, una bandera de “Cristo ha nacido” y un
librito con los Evangelios.
- Creo que la Semana Santa debería poder ser una catequesis en
la que en todo momento concluir que Cristo hizo todo aquello por nosotros, por
lo que al máximo posible, se debe invitar a participar en los sacramentos,
especialmente, la Eucaristía y la Reconciliación (confesión o perdón de los pecados).
- Durante el curso pastoral, pienso que hay que procurar hacer
ejercicios espirituales o convivencias de tipo eclesial, favoreciendo el
encuentro no solo con los míos, sino con otros (de otras parroquias, de otras comunidades), para reforzar la fe. La
Fe crea comunidad; la comunidad hace crecer la Fe. Y así, ir invitando a
familiares y amigos.
- Creo que hay que regalar, en la familia y amistades, más
objetos religiosos, cristianos: cruces, biblias, estampas de santos, rosarios…
Y en la medida de lo posible, todos ellos, bendecidos, para que adquieran aún
más valor. También nuestras parroquias y grupos pastorales se podría reforzar
la venta de productos así (de las
advocaciones y de las imágenes de nuestros templos), con la pretensión de
evangelizar, con la información de por qué son santos o por qué los tenemos
como nuestros referentes…
- Y considero que hay que fomentar más las catequesis y la
oración, ante las advocaciones de Cristo y de María en nuestro pueblo, ante los
demás santos presentes, ante los belenes… Y que siempre alguien explique lo
fundamental de cada una de las imágenes o de las representaciones, recordando
que Cristo Vivo se encuentra en el Sagrario, de ahí la importancia de compartir la fe en el templo.
Y que cada una de esas acciones esté dirigida a acercar a nuevos
hermanos a nuestras comunidades parroquiales locales o a los propios grupos que las conforman, por supuesto; ese sería
el objetivo primordial, para así llevar a cabo el proceso de evangelización.
Todo esto son opiniones y reflexiones personas, que no
representan a nadie ni a nada, sino a mí mismo, pero que sólo se pueden llevar a la práctica
en comunidad o en grupo. Muchas gracias por leer este texto; quedo a
disposición de quien sea por si podemos hacer algo de esto u otra acción
misionera nueva que pueda ayudar a llevar más almas de nuestro pueblo a Cristo.
Que Dios nos bendiga e ilumine a todos con mucha fuerza.
* Evangelizar,
como proceso, incluye: misión, catequesis y acción pastoral.