Hay un pequeño debate que, en estos últimos años, he tenido en varias ocasiones y que, personalmente, me da bastante rabia, porque es muy, muy, muy sencillo de ver la realidad. Hay quien, de vez en cuando, y siendo cristiano (o creyéndoselo, que hay de todo), se queja porque no haya un sacerdote para tal o cual celebración, cierta jornada de oración o para confesión cuando esa persona quería... Me ha pasado que al decir que hay pocas vocaciones, hay pocos sacerdotes y son personas, con sus vidas y sus situaciones, no sólo no me dan la razón, sino que me dicen que es falta de organización. Ahí es cuando me enfado 😠, aunque me dure poco rato.
Ahora ofrezco un sencillo dato de fuentes oficiales: en este 2018, se han ordenado siete sacerdotes y han muerto 20.
La Archidiócesis hispalense cuenta desde esta mañana con siete nuevos sacerdotes (enlace a Archisevilla)
El Arzobispo preside en breve la misa en la #CatedraldeSevilla en sufragio por los 20 sacerdotes fallecidos el pasado curso en @Archisevilla1 #TDSagenda— Archisevilla (@Archisevilla1) 8 de noviembre de 2018
¿Y cuántos años llevamos con esta situación? ¿Cuántos sacerdotes enfermos o que, por circunstancias, no pueden cumplir adecuadamente su ministerio? ¿O aquellos que se van a misiones? ¿Y cuántos tenemos de otras diócesis, porque la nuestra no tiene suficientes?
Que encima haya quien les culpe de que no estén en tal o cual sitio, de veras que me molesta😠😠😠 y que no atiendan a razones tan obvias, como la crisis de la vocaciones. Y si alguien me vuelve a hablar del tema, que lo tenga claro, que le voy a interrogar: ¿Y qué haces tú para que haya más sacerdotes? ¿Cuánto rezas por las vocaciones? ¿A quién animas para que pruebe a entrar en el seminario?
Que Dios nos bendiga e ilumine a todos. Muchas gracias por su atención al leer esta reflexión y también les doy a los sacerdotes que conozco.