¿Por qué la Providencia?

¿Por qué "la Providencia"? Hay muchas cosas que los cristianos católicos creyentes no solemos tener en cuenta, como que, frente a la importancia que algunos dan al destino, a lo que va a ocurrir, a querer controlar nuestra vida o que suceda lo que queremos que ocurra o que no ocurra, la Providencia actúa de forma inesperada, creando situaciones o acontecimientos que ni siquiera nos imaginábamos. Yo procuro tener en mi vida presente a la Providencia para aceptar quién y qué soy: una persona mortal y limitada, pero en continúo proceso de cambio y en camino.

20/5/24

Un domingo 26 de mayo muy grande en San Juan de Aznalfarache

Hace 16 años, en 2008, yo viví la experiencia del #cursillodecristiandadsevilla, una experiencia que se lleva compartiendo desde principios de los 60, aquí, en San Juan de Aznalfarache, y uno, que es de Iglesia de toda la vida, no sabía que esto se podía vivir aquí también. Me invitó un amigo, un hermano en la fe, alguien más sabio que yo y me dejé llevar por su consejo. Desde el principio, todo fue sorprendente: estar en el pueblo (aunque mi padre me dejó en la puerta, con el coche), y estar como si te hubieras ido a un lugar lejano y desconocido, en un salón grandísimo, con un montón de gente a la que no conocía de nada (también había familiares de otras personas que iban a participar en la experiencia). Y también estaba el que me invitó, que pronto marchó de allí también.

Quien vive un cursillo y quien lo siente de verdad, sabe que no se pueden contar muchas cosas de la experiencia, porque cada uno es distinto, cada persona lo vive y le llega de una forma distinta, por eso, contar la experiencia de uno es algo absurdo e inútil. Sí diré que todo fue muy gozoso, que cada testimonio, cada rato compartido, cada ratito de oración se vive de una forma más intensa, más profunda, más verdadera. Uno de los comentarios con los que más me identifico sobre el cursillo es que “no es una experiencia obligatoria para vivirla, pero sí es muy recomendable”, tanto para personas de fe (o que se creen que la tienen), como para personas en búsqueda, con inquietud por la vida o que quieran profundizar en conocimientos, experiencias y sensaciones, entre otras muchas situaciones personales.

Esta semana es el cursillo de cristiandad Nº. 800 de Sevilla, un aniversario que es muy importante para nuestra archidiócesis (como muestra, nuestro propio obispo es cursillista, ha vivido la experiencia del cursillo de cristiandad, como ya lo hicieran D. Juan José y D. Carlos). Seguramente, también es muy importante para esos miles y miles de sevillanos, tanto de la capital como de la provincia, que lo han vivido y que también son cursillistas, como lo son en las últimas décadas, que quieren mejorar sus vidas, hacerlas más plenas, en unión a Dios y a sus prójimos, sintiendo el amor sincero y cercano, el que nuestro Padre nos tiene y el que debemos tener por los demás.

Pero este aniversario tiene un lado triste: apenas tiene repercusión en la localidad de su propia sede y casa del movimiento de cursillos de cristiandad, en San Juan de Aznalfarache. ¿Qué nos pasa a los sanjuaneros, especialmente, a los creyentes, que no buscamos por profundizar y aumentar nuestra fe? ¿Por qué no atendemos a esa demanda de los evangelios de una conversión permanente? ¿Por qué no nos preocupamos de la fe personal y de la de nuestros prójimos para que crezca, para sea comprometida, para que nos acerque más al Amor de Dios, a nuestro Señor Jesucristo y a nuestra Madre la Virgen María? Cuando tenemos la inmensa ventaja, la hermosísima posibilidad de vivirlo sin salir de nuestro pueblo. Que Dios nos perdone por no saber aprovechar las benditas oportunidades que nos facilita.

Muchas felicidades al Movimiento de Cursillos de Cristiandad por estos 800 cursillos en el 75 aniversario de su fundación (curiosamente, también el Recinto Sagrado al Corazón de Jesús, la estructura monumental de la que forma parte su sede), está cumpliendo el LXXV aniversario desde su inauguración). Que Dios les siga bendiciendo con mucha fuerza.

Como dice el lema principal de Cursillos: De Colores. Y yo añado, siempre De Colores.